miércoles, 12 de agosto de 2015

SER CRISTO PARA EL PROJIMO



SER CRISTO PARA EL PRÓJIMO
Freddy J. Berrios G.
@Catolicoslinea

Para salvarnos, es decir, participar de la Gloria de Dios, es necesario que el ser humano también pase por el proceso de transformación que se da en la Cruz de Cristo y en su resurrección. Mediante el bautismo nos unimos a la pasión de Jesús y Su pasión es la purificación que nos devuelve la vestidura original que habíamos perdido por el pecado, por lo tanto nos revestimos de luz con Jesús y nos convertimos en luz: en esto consiste ser de ayuda para alimentar a nuestros coetáneos que están hambrientos de Dios y sedientos de Su Palabra. El Cristiano debe ser parte  de una realidad mística que la humanidad por sí sola no percibe que es el sacramento de entrar en comunión de vida con Cristo resucitado, en el misterio de la eucaristía y así reflejar a Cristo ante el mundo. Es decir, el milagro de la transfiguración y transustanciación es  recibir, aceptar por fe y vivir la voluntad de Dios; permitiendo cambiar, no de manera física, sin ser percibido por alguno de nuestros sentidos, pero ayuda en la conversión de las demás almas al manifestar la Gloria de Dios.  
¿Cómo puedo ser Cristo para el prójimo?
El amor auténtico se cultiva con sacrificio; para la antropología moderna, la definición de sacrificio es oscura, patética y sintomática, cuando su significado es dar la vida por otro; ésta es la esencia de la amistad: es un salir de sí para cuidar al otro, para hacerlo crecer. Donde no hay sacrificio ni siquiera puede haber solidez en la convivencia de la comunidad, ni inteligencia para construir un desarrollo eficaz y lo más justo posible. Se puede por voluntad propia cambiar nuestra manera de vivir y de percibir nuestra realidad, nuestro entorno; pero si no buscamos vivir en la gracia de Dios mediante la oración y respondiendo con buenas obras, no seremos partícipes de la transfiguración que nos espera en la promesa de Jesucristo.
¿Cómo ayuda el misterio de la transfiguración a difundir el Evangelio?
Es el detonante que mueve al creyente y le da sentido a vivir la Palabra de Dios. Es la perseverancia de la acción apostólica a fuerza de una serie continua de sacrificios y actos dignos de todo un héroe con la voluntad indómita de vencer a toda costa (cf. 2 Ts 2, 15-17; Flp 1, 12-20). La “transfiguración” es únicamente efectuada bajo la acción del Espíritu Santo para que los cristianos participemos del sacramento de la segunda regeneración que es nuestra propia resurrección en Cristo y en este proceso de salvación es necesario que pasemos por diversas vicisitudes para entrar en el Reino de los Cielos (cf. Hch 14, 22).
¿Es la transustanciación y la transfiguración el motivo principal para ir a misa?
Sí. El pueblo de Dios, como iglesia y el mundo, tienen una gran necesidad de culto eucarístico; Jesucristo nos espera en este sacramento del amor. Es por eso que no debemos escatimar tiempo para ir a encontrarlo en la adoración, en la contemplación llena de fe y abierta a reparar las faltas y delitos de la humanidad en el mundo. Imitemos a la Santísima Virgen María y así ver en nuestro coetáneo, prójimo o hermano a Cristo a través de los ojos de aquella que entregó su voluntad para que se cumpliera los designios de Dios. Amén.
   




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