jueves, 2 de diciembre de 2021

EN OCASIÓN DE LA CELEBRACIÓN DE LA MANIFESTACIÓN DE LA MEDALLA

LA MEDALLA MILAGROSA, HERRAMIENTA DE DIOS A LA HUMANIDAD. 






















Freddy Berrios

@Catolicoslinea


Los sacramentos y los elementos sacramentales ambos son signos sagrados que remiten al creyente hacia Cristo (el significado de nuestra identidad de fe). Son diferentes y complementarios; por una parte, los sacramentos son fuerzas que emanan de Cristo y actúan en el creyente que se convierte en parte de la Iglesia, expresan y desarrollan la comunión de fe en la asamblea, confieren la Gracia y el poder de Cristo -y de su Espíritu- que actúa en ellos; por otra parte, los elementos sacramentales son herramientas que complementan la obra de salvación, definiendo el fruto de la vida sacramental en unión con nuestro Señor Jesús, quedando en este contexto plasmado, la participación de la humanidad en la naturaleza divina. (cf. CIC parág. 1113- 1132; 1667 – 1670) 


¿Qué es la Medalla Milagrosa? 


También conocida como Medalla de Nuestra Señora de las Gracias Medalla de la Inmaculada Concepción, es un elemento sacramental en forma de medalla vocacional cuyo objetivo expresado por Santa Catalina Labouré (1806 –1876) es extender la devoción del dogma mariano de la Inmaculada Concepción, aunque la imagen del diseño también alude a la Santísima Virgen como medianera de todas las Gracias.  

Creada por el orfebre Adrien Vachette, en 1832, durante la epidemia de cólera que causó la muerte de 20 000 personas en París, se empezaron a distribuir las primeras medallas y posteriormente se atribuyeron numerosas curaciones, lo que derivó a su vez en una gran cantidad de conversiones, recibiendo el nombre de Medalla Milagrosa por parte de los ciudadanos. Para 1876 -año de la muerte de Catalina- ya se habían distribuido más de un millón de medallas. 


¿Es la Medalla Milagrosa una especie de talismán? 


No. Los elementos sacramentales no confieren la Gracia del Espíritu Santo a la manera de los sacramentos, pero fomentan la oración de la Iglesia y ayudan en la preparación a recibir el amor de Dios y disponen al creyente a cooperar con el Reino. 

La Medalla Milagrosa nos invita a ser, desde la humildad, medallas vivientes, instrumentos / herramientas en manos de la Stma. Virgen María para derramar sus gracias por el mundo entero.  (cf. Manual oficial de la Legión de María. 20ma Edición. Concilium Legionis Mariae.  Navarra – España. 1987) 

 

¿La Medalla concede milagros al portador?

Iconografía de la medalla milagrosa - Fuente Manual de la Legión de María
 


Aunque el uso de la medalla es una bendición de Dios y según investigaciones canónicas se ha comprobado lo que Santa Catalina Laburé indicó de “...todos aquellos que la lleven recibirán grandes gracias...” No es una máquina hacedora de milagros.  

Los milagros no fuerzan la fe ni es la fe la que conduce el milagro; sin embargo, hay una relación íntima: cuando pedimos un milagro lo hacemos desde la fe y el milagro brota de Dios. 

Entiéndase bien: si la medalla concediese automáticamente milagros al que la porta o use sí sería una especie de talismán y su poder no vendría de Dios; ya que el propósito de todo elemento sacramental es que la humanidad busque la alabanza de Dios por sus obras y sus dones, y mediante la intercesión del magisterio de la Iglesia, se pueda hacer uso de los dones de Dios según el espíritu de los Evangelios. (cf. CIC parág. 1678)