jueves, 4 de diciembre de 2014

ADVENEDIZOS (II PARTE)



ADVIENTO: PREPARACIÓN PARA LOS ADVENEDIZOS (II PARTE - ADVENEDIZOS)
Ing. Freddy Berrios
@Catolicoslinea

La raíz etimológica de los términos “Adviento” y “Advenedizo” proviene del latín adventus (llegada), es decir, la venida  de nuestra Salvación que es la Esperanza para el mundo. Entonces, un advenedizo debe ante todo, vivir en la reconciliación y el perdón que son las herramientas para superar nuestras debilidades humanas y sólo así dar Gloria a Dios. Si partimos de la premisa “tus acciones son el resultado de tus pensamientos” estamos afirmando que en la actualidad, hemos sido tentados por el adversario, dejándonos manipular por las estrategias de mercado –marketing- en una sociedad consumista, ocasionando conflicto interno en la humanidad misma  y conflicto externo reflejado en un planeta contaminado, naciones confrontadas, estados de violencia y una sociedad que vive en el miedo. Por lo tanto es imperante “La venida” de nuestro Señor en nuestro pensamiento: Hay que pensar en Dios!
  

¿Pensar en Dios quitará mis miedos?
Es posible cuando la persona cambia de mentalidad, no de comportamiento, sólo es cuestión de que esté dispuesto a hacerlo. Lo contrario puede suscitar una sensación de coerción, una inseguridad que sólo puede ser corregida por la necesidad espiritual. Hacer la voluntad de Dios no produce tensión si reconocemos que Su Voluntad es también la nuestra. (cf. Flp 4:13)
 
¿Qué debo hacer para superar mis miedos?
El miedo se supera con la ayuda de Cristo y para ello debemos asumir la conversión de fe. Ser un Advenedizo es estar dispuesto a que el perdón sea una CONSTANTE, sin excepción ni reservas. Solamente se perdona cuando se ha ofendido. Debemos estar en paz con nuestro prójimo –perdonar y ser perdonado- para estar en paz con Dios. Reconciliarse y aceptar lo que tu hermano es, permite acercarnos a Cristo en la consolidación del Reino de los Cielos. (cf. Mt 5:23-26). No se puede presentar ante Dios quien no se ha reconciliado con su hermano.

¿Y si perdono pero no olvido? Es difícil y humillante perdonar cuando te vuelven a ofender.
La ofensa es una realidad que ha causado una destrucción, debe remediarse y superarse. Sin caer en psicoanálisis, el ofendido debe renovarse a sí mismo, alcanzar un proceso de transformación interior –con su correspondiente sufrimiento- y buscar renovar al que ofende. Es el  punto de nuestras vidas en el que nos encontramos con los límites humanos para corregir el mal y somos tentados por la prepotencia del adversario al que no conseguimos dominar sólo con nuestras fuerzas. Perdonar sin olvidar es hundirnos en el miedo a ser nuevamente ofendidos.  



Con estos "nuevos aires" esperamos una Iglesia Catolíca totalmente UNIDA. Amén.

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