VIRGO REGINA
ANGELORUM, REINA DE LA CREACIÓN
Freddy J. Berrios G.
@Catolicoslinea
Según
la tradición católica, la Santísima Virgen María –descendiente de la tribu de
Leví- fue consagrada a Dios por sus padres San Joaquín y Santa Ana para
formarse en el Templo desde los 3 años hasta la adolescencia, cuando adquiere
maravillosas virtudes que reflejan la auténtica belleza divina; es a partir de
ese momento, cuando el Arcángel Gabriel -Fuerza de Dios- al ejecutar el Anuncio de la Gracia, se
percata que Ella ha sido revestida de la realeza celestial porque participa de
la autoridad de Jesús quien tiene dominio absoluto sobre la creación. La
nobleza de María radica en su fe al creer que nada es imposible para Dios y
acepta los designios del Padre Creador para proclamar la grandeza del Señor y
así transfigurarse en principio de acción. (Tradigo, Alfredo: 2004. “Iconos y
Santos de Oriente”. Editorial Electa. Barcelona, España). La condición de
nuestra Señora como “Reina de los ángeles” no es un simple título honorífico
circunstancial, de esta realeza se construye la alianza indisoluble entre los
humanos y los ángeles; por esta alianza la creación entera es conducida a su
verdadero destino: la Gloria de la Trinidad, por ello, el Arcángel Miguel -Quién
como Dios- honra a María al estar
siempre presto a ofrecer sus servicios, por mandato de su Reina, a los que
acudimos en su socorro; y también el Arcángel Rafael -Medicina de Dios- por disposición Mariana orienta e instruye a
los fieles decididos a ser santos.
¿Por qué María y no
otra persona o creatura de Dios cumple tan importante encargo?
Porque
la Santísima Virgen María realizó la obediencia perfecta en la fe, aventajando
la creencia de cualquier hombre, mujer y ángeles juntos. Conociendo las leyes
de su tiempo, arriesgando inclusive su vida, declara su peculiar embarazo a las
autoridades israelitas como testimonio del amor de Dios y se convierte en una
mártir al recibir el rechazo de la sociedad de su época; inclusive San José
pensó repudiarla en secreto si no hubiese intervenido el ángel del Señor, (Mt 1,18-21). Todas estas acciones no
doblegaron la determinación de María en convertirse en el crisol por el cual el
fuego de Dios forjara al Salvador del mundo.
¿Es primordial que la
Santísima Virgen María sea Reina de toda la creación?
Sí.
Porque para adorar al Señor hay que remontarse a su nacimiento, en el cual los
reyes magos (los primeros adoradores de
la humanidad) contemplaron al Rey-niño
en las rodillas de su Madre como un trono más sublime que los mismos querubines
(Mt 2,11). A partir de esta visión se desarrolló la catequesis dogmática de la
Virgen en majestad más elevada que los ángeles y de lo cual algunos teólogos
han sugerido metáforas marianas como el “Templo animado”, “Escalera tendida
entre cielo y tierra” o “Piedra no esculpida por la mano del hombre”.
¿Qué relación guarda
la realeza de María con la profecía de Simeón?
El
pasaje bíblico sobre la presentación de Jesús en el templo (Lc 2,22-40)
encierra un mensaje semiótico al referirse Simeón hacia María expresando “una
espada te atravesará el alma” (Lc 2, 35), para significar la autoridad que
consiguió María por sus propios méritos a costa de sudor y sangre, más que por el
hecho de ser la Madre de Dios, que ya justifica suficiente per se. Todas sus
vicisitudes estuvieron latentes sin
embargo no vaciló en la promesa divina; aunque
vio a Su Hijo en el establo de Belén le tuvo por Creador del Mundo; viéndole
fugitivo de Herodes nunca dudó en creer que es Rey de reyes; le vio nacer pero
sabía que existía desde la eternidad y al verlo morir, blanco de todos los
insultos e improperios, clavado en una cruz como si fuese el hombre más vil del universo, creyó de manera inquebrantable
que es el Hijo de Dios. El amor del Padre es la cruz de María como lo es también de Jesús. (Manual oficial de la
Legión de María. 20ma Edición. Concilium Legionis Mariae. Navarra – España. 1987)
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