LITERALMENTE NOS ESTAMOS COMIENDO EL MUNDO |
EL
PLANETA DENUNCIA LOS PECADOS DE LA HUMANIDAD
Freddy
J. Berrios G.
@Catolicoslinea
En el principio, Dios creó
el universo y con la Gracia del Espíritu Santo, la humanidad tiene la potestad
de descubrir y entender las leyes que rigen los comportamientos de la naturaleza para ser testigos de la
Gloria de Dios. Es así que en esta “Revelación
Divina” está implícito el código moral para amar lo creado, tener conciencia de
la UNIDAD en la diversidad, generar líneas de acción conservacionistas y
elaborar reglas preservacionistas hacia el mantenimiento, salvaguarda y respeto
de los recursos de la tierra para las próximas generaciones. Sin embargo, estas
medidas que abarca el campo jurídico en
una sociedad, no bastan por sí solas; se debe madurar un firme sentido de
responsabilidad y un cambio radical en la mentalidad, en los hábitos de
convivencia de nuestro planeta.
(Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Parágrafo 468).
Es el sentido de
responsabilidad que nos hará entender el impacto ambiental de nuestros pecados;
si bien todo pecado es personal, porque es un acto de libertad de un hombre en
particular y no propiamente de un grupo o comunidad, es al mismo tiempo social, ya que por su objeto mismo, el pecado es una
agresión directa al prójimo
y repercute en la sociedad. Los desastres naturales y fenómenos climáticos que
estamos observando, experimentando y padeciendo actualmente es el resultado del
silencio indiferente de la humanidad ante la contaminación ambiental por lo que
están gritando las piedras (Lc 19,40) para que reflexionemos y corrijamos nuestras actuaciones de injusticia
en las relaciones entre personas, comunidad y nuestro entorno.
¿Dios causa los desastres naturales como juicio contra el pecado?
¡No! Dios permite los
desastres naturales para que sea la humanidad que reconozca sus pecados en
contra de la naturaleza y desarrollen la esperanza de la salvación; el Señor
hace que la tierra nos enseñe las consecuencias de nuestras faltas a su
Creación. Es en los desastres naturales donde se da la oportunidad de practicar
la misericordia con el prójimo, ejercer la oración, la caridad y solidaridad
con las víctimas para darnos cuenta del milagro del amor que da vida a la
expresión “donde abunda el pecado sobreabunda la Gracia” (Rm 5, 20).
¿Cuáles son los pecados que provocan los desastres naturales?
El Magisterio sugiere como
“Pecados Sociales” una lista de siete sentencias a la humanidad, que ha sido
divulgada ampliamente desde el año 2008:
No realizarás manipulaciones genéticas;
No llevarás a cabo experimentos sobre seres humanos, incluidos embriones, No
contaminarás el ambiente, No provocarás injusticia social, No causarás pobreza,
No te enriquecerás hasta límites obscenos a expensas del bien común y No consumirás drogas. En conjunto
con los pecados capitales, son acciones condenadas como ofensas a Dios y que
han afectado los ciclos biológicos
normales del planeta. (Osservatore
Romano 10/03/2008)
¿Qué podemos hacer para reivindicarnos con el ambiente?
Desde la
familia se debe reconstruir modelos de conservación y normas de preservación
como sustento de todas las acciones a proponer en materia de educación
ambiental, eco-educación y/o formación eco-sistémica que viabilicen en la comunidad el propósito
macro de definir estrategias pedagógicas para desarrollar modos de vida
ecológicos de renovación permanente a partir de la interacción con el entorno,
con la biota, integrándonos al Plan de Dios.
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