ADVIENTO: PREPARACIÓN PARA LOS ADVENEDIZOS (II PARTE - ADVENEDIZOS)
Ing. Freddy
Berrios
@Catolicoslinea
La raíz etimológica
de los términos “Adviento” y “Advenedizo” proviene del latín adventus (llegada),
es decir, la venida de nuestra Salvación
que es la Esperanza para el mundo. Entonces, un advenedizo debe ante todo,
vivir en la reconciliación y el perdón que son las herramientas para superar
nuestras debilidades humanas y sólo así dar Gloria a Dios. Si partimos de la
premisa “tus acciones son el resultado de tus pensamientos” estamos afirmando
que en la actualidad, hemos sido tentados por el adversario, dejándonos
manipular por las estrategias de mercado –marketing- en una sociedad consumista,
ocasionando conflicto interno en la humanidad misma y conflicto externo reflejado en un planeta
contaminado, naciones confrontadas, estados de violencia y una sociedad que
vive en el miedo. Por lo tanto es imperante “La venida” de nuestro Señor en
nuestro pensamiento: Hay que pensar en Dios!
¿Pensar en Dios quitará mis miedos?
Es posible
cuando la persona cambia de mentalidad, no de comportamiento, sólo es cuestión
de que esté dispuesto a hacerlo. Lo contrario puede suscitar una sensación de
coerción, una inseguridad que sólo puede ser corregida por la necesidad
espiritual. Hacer la voluntad de Dios no produce tensión si reconocemos que Su
Voluntad es también la nuestra. (cf. Flp 4:13)
¿Qué debo hacer para superar mis miedos?
El miedo se
supera con la ayuda de Cristo y para ello debemos asumir la conversión de fe. Ser
un Advenedizo es estar dispuesto a que el perdón sea una CONSTANTE, sin
excepción ni reservas. Solamente se perdona cuando se ha ofendido. Debemos
estar en paz con nuestro prójimo –perdonar y ser perdonado- para estar en paz
con Dios. Reconciliarse y aceptar lo que tu hermano es, permite acercarnos a
Cristo en la consolidación del Reino de los Cielos. (cf. Mt 5:23-26). No se
puede presentar ante Dios quien no se ha reconciliado con su hermano.
¿Y si
perdono pero no olvido? Es difícil y humillante perdonar cuando te vuelven a
ofender.
La ofensa es una realidad que ha causado una
destrucción, debe remediarse y superarse. Sin caer en psicoanálisis, el
ofendido debe renovarse a sí mismo, alcanzar un proceso de transformación
interior –con su correspondiente sufrimiento- y buscar renovar al que ofende.
Es el punto de nuestras vidas en el que
nos encontramos con los límites humanos para corregir el mal y somos tentados
por la prepotencia del adversario al que no conseguimos dominar sólo con
nuestras fuerzas. Perdonar sin olvidar es hundirnos en el miedo a ser
nuevamente ofendidos.
Con estos "nuevos aires" esperamos una Iglesia Catolíca totalmente UNIDA. Amén. |
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