ADVIENTO VS. “ESPÍRITU DE LA
NAVIDAD”
Ing. Freddy Berrios
@Catolicoslinea
En el camino de la fe, algunos perciben
la lucha espiritual como una constante que guía nuestras vidas bajo la premisa
errada de conocer al adversario para poder combatirlo. Otros, en su defensa por
la fe, utilizan una apologética implacable descontextualizando su sentido (cf.
1 Pe 3:15-16) pudiendo caer en la tentación de la soberbia y la vanagloria al
poseer cierto conocimiento teológico, subestimando incluso las obras de acción
católica. Dios pelea nuestras batallas en la medida que nosotros nos entregamos
a Él y trabajemos por el Reino de los Cielos para Su Gloria. Prepararnos para
esperar al Mesías –adviento- a diferencia del mal llamado “Espíritu de la
Navidad”, no es un ritual ni una festividad de marketing que se estanca en
época navideña, es el hecho de ver, juzgar y actuar como Cristo, por lo tanto
se debe someter a la renuncia, al sacrificio y sólo así amar de verdad.
¿Qué es el tiempo de Adviento?
Noviembre cierra su ciclo
litúrgico como fin de año católico para comenzar un tiempo donde para muchos
cristianos es el primer paso en el camino de Santidad: Adviento. Los fieles
renuevan el ardiente deseo de la segunda venida de Jesús cumpliendo las
palabras del profeta San Juan Bautista (cf. Jn 3:30). Por definición, adviento
es el aire de cambio para amar al
prójimo como si fuese nuestro mejor amigo, orientados por Cristo el amigo fiel.
¿Qué es ser un Advenedizo?
Es vivir en estado de Gracia. El
Advenedizo vive sin el temor al castigo del infierno porque es la persona que
vive la conversión cristiana a plenitud del que se convierte en un “forastero”
en su propia comunidad, decide cambiar su actitud y somete su voluntad a
nuestro Señor.
El término advenedizo en sentido
mundano es un concepto despectivo de lo que se conoce en sociedad como “nuevos
ricos” pero en la Iglesia ser advenedizo es ser la oveja que estaba perdida y
del que el buen pastor fue a su búsqueda para salvarla. (cf. Mt 18:10-14; Lc
15: 3-7).
¿Cómo puedo ser un Advenedizo?
Los fieles cristianos consideramos
el Adviento como un tiempo de oración y de reflexión caracterizado por la
espera vigilante, de arrepentimiento, de perdón y de alegría: somos la voluntad
unida de la Filiación, cuya plenitud es para todos. Para que avancemos juntos y
nos congreguemos como hermanos es necesario recordar la parábola del hijo
pródigo y aprender cuál es el tesoro de Dios y el nuestro. (cf. Lc 15: 11-32).
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