sábado, 6 de mayo de 2023

EXTRACTO CONVERSATORIO CON EMILIA CONDE

 Entrevista a la teóloga Emilia Conde sobre los eventos más significativos de Jacinto Vera que siguen impactando en la enseñanza católica del Uruguay.

JACINTO VERA APOSTÓ POR EL CELO APOSTÓLICO DE LOS SACERDOTES Y LOS LAICOS

Freddy Berrios.- Católicos en Línea.

Esto que Jacinto llama celo, Juan pablo II nos dice "nuevo ardor", de hecho está hablando de lo mismo, de ese fuego interior que el evangelizador y de modo particular el sacerdote, deben de tener encendido para poder cumplir con su misión, porque de lo contrario estoy transmitiendo ideas, doctrina, principios, la evangelización es otra cosa, por eso también Juan Pablo II nos dice en esta conferencia, la cita de Hebreos "Jesucristo ayer, hoy y siempre". (cf. Hb 13:8) , no hay evangelización sin Cristo”.


Falta el celo del clero, esto es el compromiso, la espiritualidad, la autodonación, la responsabilidad, la vivencia de una consagración tan absolutamente drástica como es la consagración sacerdotal, lograr esa identidad, eso estaba faltando y él lo notaba, por eso uno de los puntos a lograr, las metas que se plantea, es lograr la formación de los sacerdotes”...


Monseñor Jacinto Vera (1813 - 1881) le enseñó a un país que la fe, el amor de Dios y el fervor por los sacramentos están por encima de todo, se desprendió de lo material para favorecer a los más necesitados, acudió al socorro de quienes pedían guía para el camino de la fe y luchó sacrificadamente para que los sacerdotes y lo mismos laicos actuaran siempre desde el celo apostólico, en todos los aspectos de la vida cotidiana.

Cuéntenos un poco sobre el contexto histórico sobre la realidad pastoral en los tiempos de Jacinto Vera.

  • Los tiempos de Jacinto Vera y en los que aún son tiempos de Jacinto Vera, la pastoral y el ambiente en el que normalmente tenemos que desarrollarla, siempre han sido dificultoso, en primer lugar, cuando Jacinto se hace cargo, primero como sacerdote y después como Vicario apostólico y finalmente como Obispo, se encuentra con una realidad, por un lado apretada, y por otro lado debilitada, en el sentido de la poca atención pastoral, hay una diferencia notable entre la realidad intramuros de Montevideo y la realidad fuera de Montevideo, en campaña, a veces las cifras ayudan, pero por ejemplo, en esos tiempos había 83 sacerdotes para toda el área, y cuando se hace la ecuación para la población estimada de la época decimos que eran unos 3 mil fieles para cada sacerdote y de esos sacerdotes teníamos solo 13 uruguayos y los demás extranjeros, eso hacía que se concentrarán en Montevideo y en algunas ciudades del interior que en ese momento ni siquiera eran ciudades, eran como villas, algunas un poco más crecidas que otras, pero ninguna ciudad en el sentido propiamente dicho.

  • Entonces, esa gente que se reconoció como católica y que se había identificado con los sacerdotes, no nos olvidemos que estábamos hablando de los que hoy se siguen denominando históricamente "los curas de la patria", que fueron aquellos, sobre todo franciscanos, que acompañaron la gesta artiguista, fueron los secretarios de Artigas, sin embargo cuando termina el ciclo artiguista, éste se va a Paraguay, y hay un decaimiento, porque la banda oriental, para aquel tiempo ya la República Oriental del Uruguay -desde el punto de vista religioso-  sigue dependiendo de Buenos Aires, acá ni siquiera éramos una Diócesis, tardamos en llegar a ser un vicariato, nunca habíamos tenido Obispo, al punto tener que esperar varios años de vicariato para que se autorizara al vicario a administrar el sacramento de la Confirmación, entonces la pobreza del culto, sobre todo en campaña era notoria, no hay sacerdote no hay misa, no hay misa no hay eucaristía, no hay Obispo no hay confirmación; aquel espíritu religioso que se pudo haber vivido de otra manera fue como debilitándose, por ejemplo, no hay sacerdote no hay matrimonio, el matrimonio civil todavía no existía, entonces la propia constitución familiar se va erosionando, hay como un empobrecimiento espiritual que de alguna manera queda, -y lo va a decir después Jacinto Vera-, un sentimiento recesivo, residual podríamos decir, pero que necesita un soplo que anime la brasa que pudo haber quedado, necesita que se reanime, y eso es lo que va a tener que encarar Jacinto y lo va a hacer personalmente; este es un punto muy importante del contexto en el que Jacinto va a tener que desarrollar su proyecto pastoral, que es básicamente evangelización y más evangelización, pero tiene también, en primer lugar, en términos cuantitativos, escasez del clero, no tiene sacerdotes, en varias cartas que envía a Roma va a hablar de eso, le falta lo fundamental.

  • Y por otro lado va a decir que le falta el celo del clero, esto es el compromiso, la espiritualidad, la autodonación, la responsabilidad, la vivencia de una consagración tan absolutamente drástica como es la consagración sacerdotal, lograr esa identidad, eso estaba faltando y él lo notaba, por eso uno de los puntos a lograr, las metas que se plantea, es lograr la formación de los sacerdotes, él utiliza una palabra muy interesante: la reformación, aquí la cosa se hace todavía más subjetiva, resuena de un cierto modo inspirador, y también habla de una actitud, -me atrevería a decir, casi profética, porque después una idea semejante a esta que trasmite Jacinto, la volvemos a escuchar aquí en América con Juan Pablo II, cuando viene a promover la Conferencia Episcopal de Santo Domingo, en un discurso que pronuncia en Haití (1983) él habla de "nueva evangelización" y el concepto está como muy conectado al concepto de reformar -volver a formar- evangelizar de nuevo y él dice tres cosas muy importantes, dichas en un lenguaje más cercano para nosotros que estuvo latentes en Jacinto, nos habla Juan Pablo II de "nuevo lenguaje, nuevo método pero también nuevo ardor", esto que Jacinto llama celo, Juan pablo nos dice "nuevo ardor", de hecho está hablando de lo mismo, de ese fuego interior que el evangelizador y de modo particular el sacerdote, deben de tener encendido para poder cumplir con su misión, porque de lo contrario estoy transmitiendo ideas, doctrina, principios, la evangelización es otra cosa, por eso también Juan Pablo II nos dice en esta conferencia, la cita de Hebreos, "Jesucristo ayer, hoy y siempre". (cf. Hb 13:8) , no hay evangelización sin Cristo.

  • Por lo tanto, el celo está en transmitir a la persona de Jesús, no es un ejercicio intelectual sino un ejercicio que compromete todo el ser, el intelecto sin duda, pero el afecto también. la propia presencia física, la actitud fisica, el lenguaje presencial, todo eso es parte de ese proceso, y de hecho, cuando Jacinto comparte ese sueño que tiene del clero nacional, habla de un sacerdote que pueda celebrar pero que también pueda enseñar, enseñar desde la predicación, eso es como una sutileza pero al mismo tiempo él se pregunta ¿Cómo negarle a la gente lo que está pidiendo?, está pidiendo que el culto se recupere pero que ese culto atienda a la necesidad vital total de las personas, y eso es un poco el espiritu que va a ir de alguna manera forjando, depurando, alimentando Jacinto respecto de esa realidad absolutamente desafiante, duramente desafiante que le toca por delante y que él conoce, no solamente en Montevideo sino también en el interior del país, donde se educó y definió su vocación sacerdotal.

  • Jacinto Vera conoció esta realidad no sólo como observador sino también desde la piel y desde la piel se hace cargo para tocar esa realidad y de hecho transformarla liberándola. Este es el contexto en el que se mueve esta pastoral que es determinante en la identidad de la Iglesia Católica en el Uruguay hasta ahora.

¿Cómo planteó Jacinto Vera la Evangelización a partir de todas esas carencias y necesidades del pueblo uruguayo?

  • Capitalizó la experiencia notable que había tenido cuando define su vocación y se encuentra con que se tiene que ir del Uruguay para formarse afuera; tiene que ir a Buenos Aires (Argentina), allí estaban los Jesuitas dedicados a la formación de los aspirantes al sacerdocio y todo eso había que financiarlo y la familia de Jacinto no tenía medios por lo que tiene que hacer toda una negociación para lograr ir allá y sin embargo, cuando está por esos lados no consigue dónde hospedarse en la escuela propia de los jesuitas, pero se dan un montón de circunstancias por las cuales puede concretar y formarse.
  • Cuando vuelve a Uruguay, inmediatamente lo ponen como teniente Cura de Nuestra Señora de Guadalupe que está ubicada en Canelones, una zona cercana de Montevideo y vuelve a insertarse, vuelve a hacer carne de esa realidad, entonces empieza a manejar la posibilidad de fomentar el crecimiento, la afloración de las vocaciones, pero también a hacerse cargo de esas formaciones y que los chicos puedan generar, puedan acceder, a la disciplina, a la regularidad de los cursos logrando superar ciertas dificultades para concretar un seminario nacional y que esas vocaciones juveniles puedan definirse en el sacerdocio.
  • Ahora; hay una correspondencia porque el sacerdocio es -antes que nada- un servicio y un servicio doble que es dado en fidelidad al que los envía pero también en fidelidad a aquellos a los que es enviado, por lo tanto requiere el conocimiento de esos dos polos. Toda esa formación requiere también una experiencia de encuentro con la gente y Jacinto se hace cargo de este estilo misionero que lo caracterizó; cuando las personas expresan “el cura gaucho” y que se lo imaginan a caballo recorriendo Campaña, no es nada legendario, es un dato de la realidad, pero significa sobretodo cercanía con la gente, cercanía en el sentido de “me muevo como tú, me alimento como tú, descanso como tú y tengo la misma fe que tú”. Eso lo entiende la gente a la cual él se dirigió, se contactó, pero también con aquellos que se están formando, aquellos que están creciendo en orden a este servicio, a esta función concreta que es la del sacerdocio.
  • Entonces, los que lo acompañan, inclusive, viven ese asombro de ese hombre que se levanta y dedica tiempo, por ejemplo, a las confesiones, confiesa toda la mañana, se detiene para almorzar y se vuelve a sentar para volver a escuchar a la gente que de repente lleva años sin poder acceder al sacramento de la reconciliación y lo vuelve a hacer, luego celebra en la tarde y se detiene para la cena, tiene un momento de oración; es decir, él es un hombre que predicó con la palabra, predicó con los gestos, con la acción, con la propia vida.
  • Y esa cosa de que nunca hay un resto material de dinero en la economía que pudo manejar Jacinto porque lo gastaba todo en los demás y cuando decimos todo no es solamente el poco dinero que llegaba en sus manos y que invirtió siempre en el pueblo, hablamos hasta de su pertenencias personales, Todo es puesto al servicio y eso despierta en la gente un sentimiento subyacente de amor hacia el otro, hacia Dios, cuando se sienten amados y esto sin duda es como la materia, la asignatura más importante en la formación de sus primeros seminaristas, no es sólo lo que aprenden en el aula con los Jesuitas que vienen a Montevideo para hacerse cargo de la formación de estas primeras vocaciones y de los cuales van a salir algunos nombres muy importantes que después, incluso, van a ir al Pío Latino en Roma (Colegio Pontificio), como es el caso de quien después será Monseñor Mariano Soler, Obispo que encarga la primera biografía de Jacinto Vera; es decir, esta calidad de sacerdotes sale de este maestro que ya llamaban “maestro santo” cuando todavía estaba entre ellos.
  • Realmente la norma de su entrega estuvo a todos los niveles pero sobretodo una frase que él dice, personalmente para mí es muy valiosa, “puedo renunciar a mis derechos pero NO a mis obligaciones”, entonces ahí está la dinámica de su escuela de espiritualidad tanto para los fieles como para los seminaristas y sacerdotes, es decir, acá no hay espacio para el discurso “políticamente correcto” acá debo decir lo que debo decir y hacer lo que debo hacer y lo demás no cuenta y no contó porque pagó peaje por esta manera de entender su rol en el mundo concreto en el cual estaba inserto, pero también su rol ante Dios que fue su regla definitiva; así era este buen hombre.


martes, 25 de abril de 2023

 

COMUNICADO DE PRENSA


La beatificación de Jacinto Vera, primer obispo del Uruguay, que se celebrará el sábado 6 de mayo, es un hito histórico para la Iglesia Católica en el Uruguay.

Es por ello que la asamblea de la Conferencia Episcopal, realizada en Florida desde el lunes 17 hasta el día de hoy, tuvo este acontecimiento como tema central.

La reunión de los obispos comenzó, como es habitual, con una mañana de retiro, orientada por el P. Gabriel González Merlano, estudioso y divulgador de la historia del futuro beato. El martes, los pastores recibieron al nuevo Nuncio Apostólico en el Uruguay, Mons. Gianfranco Gallone, quien presentó la carta que lo acredita como representante del Papa ante la Iglesia que peregrina en el Uruguay. A continuación se mantuvo un diálogo sobre la realidad y los desafíos de la Iglesia en nuestro país. Por la tarde, con la ayuda de dos expertos de CERES, los obispos se interiorizaron de algunos aspectos de la actual coyuntura social y económica del Uruguay.

El Santuario Nacional de la Virgen del Verdún recibió el miércoles 19, entre los numerosos peregrinos que acudieron desde distintos puntos del país, al Nuncio y a los obispos, para celebrar la Eucaristía al pie del cerro. La Misa fue presidida por Mons. Gallone, quien, luego de presentar a los peregrinos el saludo del Papa Francisco, se dirigió en forma especial a los obispos, animándolos a profundizar su misión en la evangelización del Uruguay y la conducción de la Iglesia.

El jueves estuvo mayormente dedicado a examinar los detalles de la ceremonia de beatificación, especialmente aspectos de la organización que tendrán que tener en cuenta las delegaciones que lleguen desde el interior. Los obispos redactaron una invitación a la ceremonia que será leída en las Misas en próximos días.

Entre otros temas de la vida de la Iglesia, fueron aprobadas las orientaciones para la Animación Bíblica de la Pastoral. Se aprobó también el estatuto de Charis Uruguay, organismo que coordina las diferentes expresiones de la Renovación Carismática Católica. Se eligió a Mons. Fabián Antúnez, obispo de San José de Mayo, como presidente del Departamento de Misiones de la CEU. El Departamento era presidido por Mons. Hermes Garin, quien renunció al cargo al pasar a ser obispo auxiliar emérito.

Florida, 21 de abril de 2023.  




   

jueves, 20 de octubre de 2022

LA VIDA SE DEFIENDE DE PRINCIPIO A FIN

Ante la aprobación en la República Oriental de Uruguay del proyecto de ley que regula la eutanasia. Difundimos extracto del documento publicado por la Conferencia Episcopal del Uruguay -CEU- 

Editorial

@Catolicoslinea.



En sesión extraordinaria que comenzó a las 14 horas del pasado miércoles 5 de octubre, la Cámara de Representantes en el Palacio Legislativo aprobó el día 6, del mes en curso, el proyecto de ley sobre la regulación de la Eutanasia en la nación gaucha.

El máximo representante del prelado uruguayo, el cardenal Daniel Sturla, expresó en rrss su preocupación ante la decisión tomada por los diputados: "...un claro retroceso en el reconocimiento de la dignidad de toda vida humana acaba de votar la mayoría de diputados. Avanza la cultura del descarte y de la muerte..." Así como laicos y demás seglares generadores de contenido manifestaron su posición en contra de tal decisión.

Desde nuestra plataforma comunicacional también seguimos defendiendo nuestra identidad de fe, nuestros valores y principios en consecuencia con la consigna de defender la vida de principio a fin. Presentamos parte del documento que desde la Iglesia del Uruguay se propuso:

1. La dignidad de la persona se fundamenta en el mismo hecho de pertenecer a la especie "humana". La vida de cada persona es bella, única, irrepetible e insustituible. Además es limitada, la acompaña diversos sufrimientos y también la muerte. Necesitamos un Uruguay que acoja, proteja, promueva y acompañe a cada persona en toda su existencia, incluida la etapa final de su vida terrena, a través de la fundamental ayuda de la familia, la medicina paliativa y la genuina experiencia religiosa. 

2. Valoramos enormemente la forma de accionar de la Medicina Paliativa. Lo propio de ella es cuidar, aliviar y consolar, humanizando el proceso de la muerte de forma profesional, afectuosa y cercana.

3. No es éticamente aceptable causar la muerte de un enfermo, ni siquiera para evitarle el dolor y el sufrimiento, aunque él lo pida expresamente. Ni el paciente, ni el personal sanitario, ni los familiares tienen la facultad de decidir o provocar la muerte de una persona. En última instancia, esa acción constituye un género de homicidio llevado a cabo en contexto clínico.

4. Tampoco es éticamente aceptable la obstinación terapéutica que consiste en querer prolongar la vida del paciente a toda costa, sabiendo que no se proporciona un beneficio al paciente. La aplicación de procedimientos diagnósticos y terapéuticos desproporcionados solo sirve para prolongar inútilmente la agonía.

5. La sedación paliativa es una indicación médica científica y éticamente correcta, que se plantea cuando los pacientes padecen síntomas refractarios que le provocan un sufrimiento intolerable. Exige un control clínico permanente del efecto buscado y requiere para su inicio el consentimiento explícito o implícito del paciente, o en caso de incapacidad, delegado en un familiar directo. Los cuidados básicos (alimentación, hidratación, aseo, cambios posturales) deben continuarse y ser periódicamente evaluados.

6. Nuestra sociedad necesita apoyar las leyes que prevengan y desestimulen cualquier género de eutanasia y suicidio asistido. Valoramos las leyes que han permitido el acceso universal a programas de salud mental, a la medicina paliativa y al sistema nacional de cuidados, pero aún es preciso desarrollar programas que faciliten su cumplimiento y la accesibilidad real a toda la población.

7. Jurídicamente, un proyecto en favor de la eutanasia y el suicidio medicamente asistido, implica cambiar el valor absoluto de la vida humana y su carácter de derecho humano fundamental indisponible e irrenunciable, contra la Constitución y los Derechos Humanos.

8. Se induce a error y se abre la puerta a una cadena de violaciones de la dignidad de la persona humana cuando se pretende legalizar la eutanasia y la asistencia al suicidio, mediante el uso de términos genéricos tales como “sufrimientos insoportables” y cuando se los quiere justificar con conceptos vagos como “autonomía absoluta”, “vida indigna de ser vivida” y “muerte digna”. Ninguno de estos términos tienen interpretaciones claras y unívocas. La experiencia en otros países demuestra que terminan dando lugar a diversos abusos.

9. En las enfermedades graves y más aún cuando probablemente se acerca la muerte, las personas se encuentran por lo general especialmente necesitadas y deseosas de múltiples apoyos, así como de asistencia religiosa. Se trata de un hecho coherente con la naturaleza espiritual del ser humano constatado a nivel sociológico. La Iglesia, servidora de la humanidad, quiere ofrecer la luz de la vida eterna que emana de Cristo muerto y resucitado, capaz de llenar de amor, misericordia y esperanza las situaciones más complejas y, en muchas ocasiones, dolorosas de la existencia humana. Solo así podremos llegar con paz y dignidad a expresar en el momento final sentimientos confiados y palabras similares a aquellas de Jesucristo en su agonía: “En tus manos, Padre, encomiendo mi espíritu” (Lc 23,46).

Para leer el documento completo pueden acceder: https://bit.ly/3Tm7dtE



sábado, 15 de octubre de 2022

QUE PODAMOS SER SANTOS COMO SCALABRINI

 Celebración eucarística y vigilia como antesala a la canonización de Scalabrini en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción en Montevideo - Uruguay



Mélida Briceño

@Catolicoslinea


La feligresía Scalabriniana participó de la Santa misa y seguidamente una vigilia, el pasado sábado 8 de octubre, en la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción y Madre de los migrantes, ubicada en Montevideo - Uruguay, desde las 6:30 de la tarde en la espera de la canonización de Juan Bautista Scalabrini, a tan solo 10 horas de convertirse en Santo. 

"Sin duda nos seguirá cuidando, es un apóstol solicito, debemos dar gracias a Dios por la vida de Scalabrini, fue un hombre loco para amar a los pobres, para salvar a los pecadores, supo usar su fe para servir a los demás ", expresó el padre Tamar Frandry durante la homilía. 

Al finalizar la misa se dio paso a la vigilia en la que los presentes leyeron relatos sobre la vida y obra de Scalabrini, los acontecimientos más importantes que marcaron su existencia y el arduo camino de luchas que emprendió para ayudar en la formación del  catecismo. 

Fue conocido como el Apóstol del catecismo, hablaba entre  ocho y diez  idiomas, incluyendo el lenguaje de señas, “su sensibilidad era tan grande que ayudó en la inclusión de los sordo mudos, cuidó de los emigrantes y refugiados brindando asistencia religiosa, por todo esto estamos agradecidos a Dios en su misericordia, por todas las historias de vida que nos dejó nuestro Scalabrini”, afirmó el padre Tamar. 

Al día siguiente, se celebró la misa de acción de gracias en la Parroquia, a las 10:30 de la mañana y un ameno compartir por la santidad de Scalabrini, la buena nueva se vivió desde la Plaza de San Pedro, a las 10 de la mañana del domingo 9 de octubre (5:00 de la mañana hora Uruguay), donde el Papa Francisco pedía con alegría que “Scalabrini nos contagie el deseo de ser santos”, al mismo tiempo que se enorgulleció de su apostolado en favor de los migrantes. “Se preocupó con gran caridad e inteligencia pastoral de proporcionarles una asistencia espiritual y material adecuada”, puntualizó el Santo Padre desde Roma, según indicó Aciprensa.

Vigilia el 08/10/2022


¿Quién fue Juan Bautista Scalabrini?

En vida fue un prelado italiano nacido en Fino Mornasco el 8 de julio de 1839 y falleció en Piacenza el 1 de junio de 1905. A los 31 años se vuelve párroco de San Bartolomeo, una parroquia ubicada a las afueras de la ciudad, su gran celo pastoral lo lleva a desarrollar un programa de Catequesis tanto para adultos, como para niños (1875), crea oratorios para Jóvenes y Señoritas. Tanto era el fervor que sentía ante el adoctrinamiento de su rebaño que preparó sus homilías de tal forma en la que les pudiera explicar el Concilio Vaticano I. El pueblo donde se ubicaba la parroquia sufría mucho a causa de la sobreexplotación laboral y los malos salarios que recibían. Hace una fuerte crítica a la iglesia por su nula participación ante esta situación. Scalabrini motivó la creación de sindicatos en los que se exigieran mejores condiciones de trabajo.

A los 36 años de edad es ordenado obispo; realizó 5 visitas pastorales en toda la diócesis, dejando pendiente la sexta por haber llegado la hora de su partida de este mundo. Su pueblo fue abatido por muchas penas y enfermedades, una de ella era la migración, pero nunca se alejó de él. Renovó la vida de los seminarios. Utilizó como escudo episcopal la Escalera de Jacob (cf. Gen 28,12).

El 28 de noviembre de 1887 funda la congregación de los Misioneros de San Carlos, más conocidos como Scalabrinianos, y a las Misioneras de San Carlos, o Scalabrinianas, el 25 de octubre de 1895 con el fin de apoyar a los migrantes italianos en su búsqueda de mejores condiciones de vida para ellos y sus familias. Fue beatificado por el papa Juan Pablo II en 1997. Sus reliquias se veneran en una urna de cristal, ubicada bajo el altar de la Catedral de Piacenza en Italia. El 21 de mayo de 2022 se anunció que el papa Francisco ha dispensado del segundo milagro para la canonización de Scalabrini, por lo que se anunció en el consistorio del 27 de agosto de 2022 su canonización, misma que ocurrió este 9 de octubre de 2022, en Roma.

Mons. Juan Bautista Scalabrini


sábado, 15 de enero de 2022

DISERTACIÓN ENTRE REZAR Y ORAR (2DA PARTE)

 ¿QUÉ ES LA ORACION? 

 
Ayenmarienmy Delgado       
Sub-coordinadora de la pastoral parroquial de San Benito de Palermo. Maracaibo - Edo. Zulia. Venezuela. 

 

Los católicos confundimos el rezar con la oración, y es que ambas son importantes en la alimentación del espíritu, pero rezamos para conseguir el logro de un sueño, un anhelo, la solución a algún problema, el regocijo de un corazón herido por la pérdida o simplemente cuando sentimos que algo nos falta, de eso material que estamos acostumbrados a ver, palpar...a sentir. 

Sin embargo, hay una diferencia entre rezar y orar. Si bien es cierto que, rezar nos acerca a Dios, orar nos hace vivir en El. 


Cuando oramos, cerramos los sentidos al mal y a todo aquello que pertenece al mundo que vive con nosotros, pero no en nosotros. 


Cuando oramos, abrimos los brazos a la misericordia infinita del Creador y nos hacemos parte de un plan salvífico de nuestro Señor, un plan cuyo propósito es salvarnos en comunidad; es el hecho de entender que no estamos aislados como islas, sino que somos un conjunto de almas hermosas tratando de vivir a la manera de Cristo cumpliendo sus mandatos. 

 

¿Sabemos orar?  


En lo personal, orar ha sido la bocanada de aire fresco que necesitaba mi alma, es mi escape, es la sonrisa recurrente cuando me acuerdo de esa conversación con Dios que me hace sentir cercana a su corazón. 

Cuando oramos, la vida cambia porque la vemos y sentimos de forma diferente desde el optimismo y la esperanza, que a veces se trastoca cuando el día a día aprieta, pero entendemos que ese sentimiento de angustia se hace pasajero porque pertenece al mundo. 


Cuando oramos, somos doblemente ciudadanos, porque no dejamos de ser del mundo, pero ahora también lo somos del cielo. En cada conversación con Dios se estrecha nuestra relación con El, la misma que se traduce en un intercambio maravilloso de amor que va desde un simple TE AMO SEÑOR JESUS, hasta algo más tangible como una obra de misericordia para nuestros hermanos, cumpliendo lo que tanto nos pide el Señor: “Ámense unos a otros como yo los he amado”. Esto es un reto de alto calibre, que requiere un corazón dispuesto, cristiano, servicial, humilde, en fin, un corazón transformado por el amor de el único que sana y salva. 


Para orar solo se necesita abrir el corazón y los sentidos para escuchar la voz de Jesús, grabar en nuestra piel y sangre que Dios te escucha siempre, que su Misericordia es mucho mayor que cualquier problema que tengas, que es nuestro mejor amigo, padre y confidente. 


Se ora en cualquier momento

Dios también habla en el Silencio, en los pájaros, en el viento que golpea tu rostro, en la carcajada de un bebe, en el abrazo de un hermano, en el beso de tu pareja. 


Se debe orar con una conciencia libre y un corazón recto. El Dios que en otro tiempo hizo retroceder la sombra 10 grados como respuesta a la oración del rey Ezequías (cf. 2 Reyes 20:5-11), tiene todos los recursos a Su disposición ¡Y se complace respondiendo a la fe! 


Hoy deseo que tu corazón sea transformado por Dios por medio de la oración, que puedas contemplar su rostro en su creación entendiendo que tú eres parte de ella, que el Espíritu Santo permita la concentración necesaria para que experimentes el mayor regalo del Altísimo: Su Amor, a través de la practica más hermosa y la herramienta más poderosa que tenemos, LA ORACIÓN, cuyo beneficio mayor es la Paz. 

sábado, 8 de enero de 2022

REFLEXIÓN INICIAL 2022

Cortesía de Mike Scheid - www.unsplash.com

TIEMPO DE POSTVERDAD
(TIEMPO DE CONVERSIÓN 2DA PARTE) 
FREDDY BERRIOS 
CEO- CATÓLICOS EN LÍNEA
EDITORIAL 2022 

 

La canción francesa “Le boulevard du temps qui passe” -El boulevard del tiempo que pasa-compuesta por el artista Georges Brassens (n. 1921 – f. 1981) del álbum Trompe la mort de 1976, nos hace la reflexión que el tiempo pasa y nada puede detenerlo. Imaginemos que coloquemos este título en la sala de espera en los hospitales y clínicas: tiempo lleno de incertidumbre, de inquietud cuando hay que esperar el resultado de un examen, de un análisis, o el diagnóstico del médico. Tiempo que parece perdido para algunos; tiempo en que la paciencia es puesta a prueba. 

El cartel imaginario podría haber indicado “Boulevard de nuestra vida” ya que en estas infraestructuras de servicio sanitario vemos nacer a la gente, la vemos vivir con tristezas y padecimientos, también la vemos morir. El tiempo no nos pertenece, pero como católicos podemos decirle a Dios con confianza “en tus manos están mis tiempos” (cf. Salm 31:15) Nuestro Señor conduce todo y que todas las cosas ayudan a bien a los que lo aman (cf. Rom 8:28). 

Gracias a Dios no se puede retroceder el tiempo y permite que lo valioso, lo virtuoso, lo realmente importante sea efímero para valorar y apreciar estas cosas. Nuestro creador se comunica a la humanidad con amor a través de circunstancias muy diversas; confiemos en Su Gracia, volvamos nuestra mirada en Cristo y desde ahí redescubramos al mundo para la vida eterna. (cf. 2Cor 6:2) 

Canción de Georges Brassens (Puedes escuchar acá la referida canción francesa)


TIEMPO CRONOS VS KAIROS

 

El “tiempo humano” o CRONOS es la referencia dimensional (de medida) de los ciclos biológicos; los calendarios, las estaciones, lo que dura el planeta en completar su vuelta en su propio eje y alrededor del sol, las cosechas, el clima, incluso la historia, pero siempre referente a cantidad, a lo mesurable. 

El “tiempo divino” o KAIROS es de naturaleza cualitativa; el momento adecuado y oportuno, por ende, no es usual asociar este tiempo a ciclos o repeticiones sino a la eficiencia de un hecho y/o acciones determinadas porque demuestran ser decisivas en situaciones imprevisibles e inusuales. En ciertos contextos es empleado para nombrar esa condición necesaria para lograr el éxito en un proyecto de vida.  



¿QUÉ HACEMOS CON NUESTROS TIEMPOS? 

El tiempo parece pasar cada vez más rápido con la edad. “...Mis días han sido más ligeros que un correo...” (cf. Job 9:25) El tiempo pasa y ¿a dónde vamos? Que nuestra tranquilidad sea poder descansar en Dios, pues si la duración de nuestra vida está totalmente en sus manos, todo nuestro ser también lo está. (cf. Job 12:10) En el contexto de nuestra realidad –desde la perspectiva de los signos de los tiempos- debemos observar, escuchar, enfocar nuestros sentidos en lo que sucede alrededor (ejemplo desde nuestro metro cuadrado) y atender la realidad como lo haría nuestro Señor Jesucristo. 



¿CREER ES UNA PÉRDIDA DE TIEMPO? 

No. Tenemos nuestro libre albedrío y Dios en cualquier momento nos da la oportunidad para acercarnos a Él. En el tiempo que nos queda por vivir podemos depositar nuestra confianza en aquel que nos creó a través de la reflexión, discernimiento, la oración y la sana autocrítica. (cf. Es 8:22) 

La evolución que muchos filósofos, ateos, científicos y hasta influencers sugieren como “transhumanismo” en nuestra identidad de fe ya hay un referente a seguir: Cristo quien murió por nuestros pecados y que por amor a la humanidad resucitó para que compartamos el Reino mediante la salvación. (cf. La Buena Semilla. Ediciones Bíblicas. 2017 – Suiza) 

 

Reflexión de famosa película. Cortesía: LevelUP.com