PONERSE
ACTIVO ANTES DE LA LLEGADA DEL SEÑOR
Homilía del Pbro Pablo Peralta
Parroquia San José Obrero –
Montevideo (Uruguay)
10/12/2017
ESCUDO SIMBÓLICO DE ADVIENTO EN ALUSIÓN A JUAN BAUTISTA |
Sin duda la figura central del
evangelio de hoy, es una figura para entender el sentido del adviento, Juan el bautista conocido como el último de
los profetas; quiere decir que con él se cierra el Antiguo Testamento, es toda la historia del pueblo de Israel
preparándose en la espera del encuentro con Dios. Pero a la vez con Juan el
Bautista se cierra el antiguo testamento
y se abre el Nuevo Testamento porque él prepara concretamente el camino
para el encuentro de la humanidad con Jesús; Jesús es el nuevo testamento, es
la buena noticia.
Jesús es con el que se encuentra Juan y con el que nos encontramos y encontraremos cada uno de nosotros. La misión de Juan es invitarnos a prepararnos, ese prepararse es pararse antes, ponerse de pie, ponerse activo antes de que ocurra algo, nosotros nos preparamos permanente en la vida para vivir los acontecimientos, las situaciones…hay preparaciones que llevan muchísimo tiempo; empezamos a los 3 o 4 años a prepararnos para mañana poder enfrentar la vida, tenemos 8 años en primaria, 7 años en secundaria, y seguimos siempre preparándonos para poder encarar y reaccionar adecuadamente nuestra propia vida. Nos preparamos para crear una familia, también lleva su tiempo, su laboriosidad, nos preparamos para recibir un hijo, nos preparamos para cosas más simples cotidianamente, “avisáme si vas a venir a tomar el mate, tengo que comprar yerba por lo menos”, entonces esa preparación puede ser mas larga mas o menos laboriosa, otras a veces nos hace sudar, estos días preparando la inauguración del parrillero, nosotros vamos a conocerlo, lo inauguramos y punto, pero detrás de eso hay días y días de preparación, creando el ambiente para que nos podamos sentar hoy, eso es un prepararse, siempre en la preparación hay incertidumbre.
SAN JUAN BAUTISTA |
Lo que decide la preparación es el para qué nos preparamos, allí se decide la preparación, ¿nos preparamos para comer mucho? entonces hay que preparar mucha comida, ¿nos preparamos para pasarla bien juntos? entonces hay que preparar también el corazón, no alcanza que haya mucha comida, ¿y las ganas de estar con los demás?, nos preparamos para pasar calor, entonces traigan el abanico, uno tiene que saber para qué se prepara, justamente para que esa preparación no termine en decepción, yo invito a mi mejor amigo a almorzar conmigo, preparo una comida espectacular pero me olvido que es diabético, y todo lo que hice no lo puede comer, es horrible comer solo delante de la visita, es un fiasco total; la comida estaba espectacular pero no la pudo disfrutar, me preparé mal, tanto esfuerzo para nada, entonces la pregunta ahora es ¿Para qué nos preparamos?
Ahora, en este adviento, en estas semanas, en este tiempo, como nos dice Juan el Bautista, hay que preparar el camino, hay que preparar el corazón. ¿A quién estoy esperando?, es fácil responder, esperamos a Jesús, no hay una respuesta que sea valido para todo, cada uno sabe lo que le falta, lo que le sobra, cada uno sabe lo que espera, lo que no tiene, pero… ¿qué espero de Jesús? Y aquí el texto de Marcos nos dice que Juan predicaba en el desierto, entonces pensamos en un montón de arena, un sol que parte las piedras, un sol insoportable, pero para el pueblo de Israel -el que esta predicando Juan- es mucho más que un montón de arena. El desierto para Israel está allí donde Dios no está, esa es la soledad; la soledad no es estar solo, la soledad se puede vivir con mucha gente al lado pero no está aquel que nunca se defrauda, no esta aquel que nunca te abandona, no está en aquel que nunca se distrae, el desierto está allí donde no florece la vida, donde todo es árido –seco-.
¿En cuántos lugares de nuestra vida habrá desiertos, resequedades, donde ya no brota nada , donde no brotan ideas, sentimientos, afectos que nos hagan más persona; no brotan las cosas que nos hacen felices?. ¿Cuántos desiertos pueden haber en nuestros afectos?, estamos rodeados de gente, pero de verdad, nadie nos necesita para nada o no le servimos para nada, estamos entre multitudes y sin embargo nadie espera de nosotros una palabra ni tenemos una palabra para dar que es peor…entonces, la pregunta es ¿Juan predica en el desierto? y en el desierto de la vida anuncia … viene la vida, viene aquel que llena tu soledad, el desierto puede cambiar.
MEDITACIÓN DEL TIEMPO DE ADVIENTO 2017 |
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