Freddy J. Berrios G.
@Catolicoslinea
Engalanarse para la fiesta sacramental es lo que
significa estar “vestidos”, es un término
derivado del latín Vesta (diosa del fuego sagrado) que se diferencia del
concepto de traje que proviene del latín trahêre (traer) porque es la ropa
utilizada para cubrirse en cualquier momento (Barcia Roque. Sinónimos
Castellanos. Editorial Sopena S.A. 9na Edición. Argentina, 1961).
Por lo tanto, estar
“desnudos” o “mal vestidos” es vivir sin un propósito, significa justificar
nuestras acciones libertinas para hacernos esclavos de las pasiones, percibir
la existencia en el mundo como gozo, pretender que la vida misma está hecha
únicamente para la satisfacción, el placer,
dar bienestar a los órganos del cuerpo, entrelazados con la mente para
condenar a la sociedad a un horizonte sin ética ni moral. (Methol Ferre, Alberto y Metalli Alver. El Papa & el filósofo.
Editorial Biblos. 1ra Edición. Buenos
Aires – Argentina, 2013)
¿En qué momento
nos vestimos para Dios?
La transición de fe que realiza la persona desde su
estado de “creatura” (obra de Dios) hasta el estado de “criatura” (pueblo que
camina con Dios) es el momento por el cual recibimos La Gracia de incorporarnos
a la Iglesia y nos hacemos partícipes de la misión redentora que se simboliza
en el vestido blanco caracterizado bajo el sacramento del Bautismo (CIC. Parág.
1213); por lo tanto, “revestirnos” por el Espíritu desde nuestro interior es
engalanarnos ante el cambio de vida que Cristo nos ofrece y depende de nosotros
mantener limpia nuestras vestiduras que nos regalan los sacramentos de la
Iglesia (Ef 4,20-24; Col 3, 9-10).
¿Por qué los
sacramentos se relacionan con vestiduras?
Porque cubren nuestra vergüenza; los sacramentos son
dones que vienen del nuevo Adán, de Cristo siempre vivo y que actúa en nosotros
mediante el Espíritu Santo como reparación al pecado original (Gen 3,21).
¿Por qué vestir
al desnudo es una obra de misericordia?
Porque es una acción de conciencia evangelizadora que
los cristianos debemos, a través de nuestros modelos de conducta, reflejar para
dar consistencia a nuestra identidad de fe. Vestir al desnudo es una
instrucción de pudor para proteger la integridad del individuo y su amor, es el
respeto a las condiciones del don que Dios nos da y del compromiso sacramental
del hombre al igual que la mujer en la comunidad creyente. Por lo tanto, ayudar
a mantener la dignidad de co-herederos del Reino de los Cielos, es la manera de
ser consistentes con nuestra fe para salvarnos en racimo (CIC. Parág. 2522).