LA GRACIA. LLAVE DE LA PUERTA
SANTA
@Catolicoslinea
La
puerta es un elemento, instrumento o accesorio que nos abre un camino a
iniciar, pero también nos puede cerrar un trayecto realizado; cualquiera que
sea el dilema “abrir/cerrar”, la puerta como objeto mismo, representa
espiritualmente “protección” inclusive prudencia ante las acciones humanas que
determinan nuestra comunicación con Dios en el Plan Providencial.
Todas
las acciones humanas son calificables moralmente, por lo cual la sociedad
necesita de Dios para forjar normas y principios que enuncien el orden racional
del bien y el mal; la moral revela la conexión con nuestro Creador para
Glorificarlo en nuestro modo de vivir, por lo que se entiende la moralidad de
nuestros actos como punto de partida en la encrucijada de la vida donde se
encuentran dos puertas y un camino a seguir; la Puerta del Infierno (Sab 16,13;
Ecl 51,6; Is 38,10; Mt 16,18; Ap 9,1) y la Puerta Protectora del Redil de Dios
(Jn9,10).
Mientras
que la llave, por definición, es un instrumento que facilita o dificulta el uso
de una puerta; es el complemento de seguridad que le confiere simbólicamente un
aspecto fortificado a la idea en su conjunto (Puerta, llave, cerradura, entre
otros elementos...) un ejemplo iconográfico es la representación artística del
pasaje bíblico que refiere la expulsión de Adán y Eva del Edén. Este ha
sido plasmado como el paso forzado a
través de una puerta que se cierra por no permanecer “en Gracia”, alejándose la
humanidad de la voluntad divina. (Giorgi, Rosa. Ángeles y demonios. Editorial
Electa. Barcelona – España, 2004)
¿Qué
es la Gracia?
Es
el paso del hombre viejo al hombre nuevo en Cristo que requiere la disposición
y determinación de cada individuo como respuesta libre a la iniciativa de Dios
en el camino de salvación. Es la decisión de responder al llamado de Dios de
manera consecuente, abriendo la Puerta Santa de nuestro corazón (Sal 24, 9-10)
y así Cristo llena la insatisfacción que percibimos de una sociedad en
decadencia, nos dota de todo lo necesario para vivir a plenitud y se cumple la
misión para lo cual fuimos destinados por el Creador de participar de la
naturaleza divina (2Pe 1,4). (CIC – parag. 1996)
¿Se inicia el camino de santidad en la Gracia?
Sí.
La Gracia es el origen de la obra de la santificación. Aceptar esta verdad no
se logra mediante una convicción humana ni es una adhesión sentimental, sino
por medio de la fe en Cristo a través del Padre Celestial quién nos elige y nos
guía con la acción del Espíritu Santo para adentrarnos en la Misericordia (Mt
16,17; Jn 6,37. 44)
Por la fe ¿Dios es co-rresponsable de los errores
humanos?
No.
Dios nos hace un llamado a la fe en libertad considerando que estos actos de
caridad en los valores humanos sean bajo nuestra única responsabilidad. La
solidaridad con el prójimo, las obras de misericordia (corporales y
espirituales) al igual que el sacrificio desinteresado por el bien común, son
el resultado consecuente de decidir complementar la vida con un amor auténtico,
sin miedo a la condenación. La puerta del infierno se abre en nuestro tránsito
por el mundo si permitimos la injusticia, los antivalores, el consumismo
desenfrenado, entre otros errores que
nos produce insatisfacción - vacío moral- ; un vacío espiritual de Dios
consecuencia del pecado. Cerrar en absoluto la puerta del reino de los muertos
depende del libre albedrío por extender a la vida eterna los valores que se
cultiven como Iglesia militante,
utilizando la Gracia como llave de salvación. (Fuentes, Carlos. En esto creo.
2da Edición. Editorial Seix Barral. Barcelona – España. 2004)
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