TRAS LA HUELLA DE UN
SANTO (3ra Parte)
Freddy J. Berrios G.
@Catolicoslinea
El 18 de octubre se celebra el día internacional del Médico en recuerdo al Evangelista San Lucas, uno de los discípulos más intelectuales de Cristo; hombre de virtudes y modelo ejemplar de quien el Dr. José Gregorio Hernández Cisneros utilizó esta digna profesión para madurar en la Fe, afianzar sus convicciones y seguir al Gran Médico que alivia las penas del alma (relatado en la 2da entrega). En Venezuela, se recuerda con mucho cariño, aprecio y estima al médico que fue el Padre de la Medicina Moderna, pionero en las investigaciones científicas en el país, impulsor de la nueva infraestructura de servicios sanitarios que necesitaba el pueblo venezolano y excelente pedagogo universitario, aparte de su vida evangelizadora que demuestran un testimonio evidente de santidad. En el Magisterio se ha seguido muy cuidadosamente su proceso de canonización del que ha cumplido tres de los cinco pasos para hacer oficial su denominación de Santo, necesita un milagro aprobado por el comité especializado que lleva la causa para su beatificación (paso número 4), posteriormente debe haber un segundo y último milagro aprobado por el referido comité para su canonización (paso número 5) al menos que el Papa haga una excepción y decrete por derecho EX CATHEDRA la santidad de este ilustre trujillano. (Constitución dogmática Pastor Aeternus, cap 4.)
¿Ha
sido un obstáculo el culto público que se le ha dado al Dr. Hernández para su
canonización?
Sí. Monseñor
Jorge Villasmil, ex-vice postulador de la causa, ha manifestado “No está permitido el culto público al Venerable, sino el culto privado;
los templos no deben exponer sus imágenes; no se debe utilizar el término de
“Santuario del Dr. José Gregorio Hernández” al Santuario ubicado en Isnotú
(Santuario del Divino Niño de Isnotú), no está bien ni favorece confundir el
nombre del Santuario; hasta que no sea Beato no se le puede dedicar un templo”. Con respecto a la
inclusión de la imagen del Dr. Hernández en el tema de brujería, no ha sido un
argumento para detener o desviar su proceso ante la Santa Sede porque quienes
buscan este sincretismo no son personas católicas.
¿La Iglesia prohíbe que se le identifique al Dr. Hernández como
santo?
No lo prohíbe.
Lo que sucede es que al no ser oficial su calificación de santo no es adecuado
realizar cultos de veneración pública en las Iglesias ni realizar intenciones
de intercesión en las misas por algún favor, petición y/o milagro a ejecutar
por su mediación. La Santa Sede es muy estricta en cuanto a los pasos
necesarios para su beatificación y es necesario recordar que aún falta el paso
más importante, el milagro comprobado y reconocido por el Vaticano, pero el
Magisterio respeta que los feligreses hayan apodado al Dr. Hernández como el
“Santo del Pueblo”.
¿En qué podemos ayudar como comunidad cristiana a agilizar y
consolidar la canonización del Médico de los pobres?
Lo primero que
debemos hacer los católicos para ayudar en la pronta beatificación del Dr.
Hernández es no criminalizar ni cometer improperios hacia Fernando Bustamante
(1894-1981) quien fuese el chofer que lo atropelló y sentenciado a 8 meses y 9
días de prisión por homicidio por imprudencia (actualmente tipificado como
homicidio culposo) quien también sufrió
de remordimiento y culpabilidad el resto de su vida porque era amigo y compadre
del notable trujillano. Al contrario, debemos ofrecer intenciones para la
salvación de su alma del purgatorio.
La Iglesia
aprobó indulgencia de 300 días por la novena y oración de petición de la pronta
beatificación del Dr. Hernández realizada por el Pbro. Hermágoras Mora y
podemos ofrecer en las intenciones de las misas para que nuestro “Santo
Popular” sea declarado oficialmente por el Vaticano.
La región
andina debe dar a conocer las virtudes cristianas de su compatriota y evitar su
imagen para comercializar, así como no tergiversar con campañas políticas el
sentido religioso de la peregrinación a Isnotú que pretende transformarla en un
banal “Turismo Religioso” como si las infraestructuras para el culto espiritual
fuesen simples museos.