LA OBLACIÓN
DE NUESTRAS VIDAS A DIOS
(III PARTE:
ADOPCIÓN HOMOPARENTAL)
Freddy J.
Berrios G.
@Catolicoslinea
Todos son capaces de ofrendar algo
de su vida a Dios, pero no todos están dispuestos a hacer oblaciones, a
entregar su voluntad a nuestro Creador por el sacrificio que eso significa,
pues se ha inculcado en la sociedad, especialmente en los jóvenes, una
filosofía errada acerca del amor para cada proyecto de vida que el individuo
desde su juventud crea y forma espontáneamente.
Esta filosofía errada ha deteriorado
la identidad sexual, por lo que actualmente en las sociedades hay quienes no se
consideran ni hombre, ni mujer, catalogando esta particularidad como el “tercer
sexo”. Pero sin profundizar en argumentos biológicos y psicológicos, hay una
gran verdad espiritual y es que Dios ha creado al ser humano hombre y mujer, lo
que el Papa San Juan Pablo II expresó en su libro Queridísimos Jóvenes, ser la
“duplicidad” particular del género para la dignidad de la humanidad y una
“complementariedad maravillosa”. Entonces surgen posiciones políticas, como
consecuencia de esta misma filosofía errada, que han introducido estratégicamente
en algunos países la legalización de la adopción homoparental y la unión civil
homosexual.
¿Qué es la adopción homoparental?
Es la adopción de un niñ@ por
parte de una pareja homosexual, así mismo se forma una familia homoparental.
Este tipo de adopción es legal en quince países y en algunas jurisdicciones de
otros tres; además, es legal la adopción del hijo de una de las parejas en
otros cinco países. Actualmente se debate en otras latitudes la aprobación del
matrimonio igualitario, conocido popularmente como gaymonio. En este tema, el Magisterio, que respeta la
identidad sexual del individuo, no respalda la legitimación de comportamientos
contrarios a la ley moral ni participa de la discriminación sexual jurídica que
las autoridades en algunos gobiernos han establecido. (Compendio doctrina
social de la Iglesia, parág. 228)
¿En qué afecta al niñ@ criarse en un ambiente homoparental?
Hay científicos que sostienen – a
través de más de 25 años de investigaciones- que no existe relación entre la
orientación sexual de los progenitores y cualquier medida de adaptación
emocional, psicológica y conductual del menor. Sin embrago, existe un
testimonio desgarrador que echa esto por tierra. Se trata de Dawn Stefanowicz,
una mujer canadiense que ha escrito el libro Salir de abajo: El impacto de la crianza de niños por homosexuales,
basado en su vida. En el exige a los gobiernos del mundo que protejan el
matrimonio entre un hombre y una mujer. "Al final, los niños serán las
víctimas reales y los perdedores de las adopciones de homosexuales. ¿Qué
esperanza podemos ofrecer a niños inocentes sin voz? Gobiernos y jueces deben
defender el matrimonio entre hombre y mujer y excluir todos los otros, por el
bien de nuestros niños".
(http://www.eluniversal.com/opinion/110928/fui-criada-en-un-hogar-homosexual).
¿La Iglesia rechaza la adopción homoparental?
Aunque no se ha conocido una
posición oficial sobre el tema por parte de la Iglesia en los últimos días, se
debe hacer énfasis en que la Iglesia procura el bienestar de la familia a
través del cumplimiento del cuarto mandamiento y refuerza por tanto la relación
entre generaciones y la comunión de la familia como un orden querido y
protegido por Dios que vincula la existencia del pueblo (país) a la comunidad y
los valores que se crea en la estructura familiar. (Benedicto XVI. Jesús de
Nazaret. Editorial Planeta. Bogotá – Colombia, 2007).
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