CORONA DE ROSAS PARA LA REINA
DEL UNIVERSO
Freddy J. Berrios G.
@Catolicoslinea
La Virgen María tiene un lugar especial en el plan de salvación que
Dios estableció para toda la eternidad, por eso es la más grande creatura de
Dios, la “obra maestra” de nuestro Padre Creador. Es la misión maternal de la
Santísima Virgen María lo que nos une en Cristo, que es el único puente entre
Dios y la humanidad: El nacimiento del Verbo Encarnado en un pesebre, la
intercesión de la Virgen en las Bodas de Caná y su presencia al pie de la Cruz,
acompañando a su hijo, no son eventos casuales, son escenas aleccionadoras que reflejan el misterioso
poder de Dios en el amor misericordioso de una Madre. Estar enlazados en oración y acción con la Virgen María
refleja lo maravilloso de estar en comunidad para comprendernos, aliviar
nuestras penas y salvarnos en racimo, integrados de manera similar a las
cuentas de un Rosario para ser instrumento sacramental que definen nuestra
“Universalidad” como Cuerpo Místico de Cristo.
¿Es Reina la Santísima Virgen
María?
Sí. Y no es cualquier título honorífico de monarquía. El calificativo
de “Reina” implica su participación de la realeza de Cristo y gracias a su
relación con la Santísima Trinidad, la Virgen María tiene las virtudes y características
propias para ser un modelo de conducta a seguir: Su testimonio de Reina es principio de acción, de alianza indisoluble
entre la humanidad y los seres angélicos; Ella ha sido la primera que se
benefició de la victoria de Cristo sobre el pecado, se preserva inmácula y de
una manera única nos conduce a la Gloria de la Trinidad (CIC parágrafo 411).
¿Por qué la Virgen María es
coronada como Reina de todo lo “creado” y “criado”?
Porque en todo lo que Dios ha “creado” fue María la seleccionada para
ser el “arca de la Nueva Alianza” donde se formaría en su vientre nuestro Salvador
y que también fue preparada para fortalecer su fe con el propósito de educar,
enseñar y modelar en su único hijo los valores que ayudaron a Jesús a estar
interconectado con Su Madre sobre
todo en los momentos críticos de la Pasión, Muerte, Resurrección y Gloria del
Señor. La Virgen María demostró en su tránsito por el mundo que no desamparó a
la humanidad, por lo que el Pueblo de Dios, la comunidad formada y “criada” en
las enseñanzas del Evangelio, está convencida que el cuerpo de nuestra
Santísima Madre quedó inmaculado tras el parto, no conoció la corrupción del
sepulcro y fue asumido directamente en el Empíreo Celestial. (CIC parágrafos
966, 969 y 970).
¿Por qué se relaciona a la Santísima
Virgen María con Rosa Mística?
La Rosa ha sido, en el campo semiótico y cultural de muchos pueblos,
el símbolo de la hermosura y belleza, lo mejor de la naturaleza y lo sublime
del espíritu. La Virgen contiene las virtudes del dominio espiritual sobre lo
corporal que en la profecía de Simeón resalta la emoción de la belleza de una
madre que llora -en lo secreto- por su Hijo amado. (Lc 2, 34-35) Es la
naturaleza de una madre que es paciente en su sufrimiento, en su longanimidad,
lo que permite al alma actuar apropiadamente bajo la adversidad y ser
representada como las espinas de esta flor que son parte de ella; así es la
“Corona de Rosas”, el suave yugo como requisito indispensable para alcanzar la
perfección de la Santidad. (Jn 19,25).
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