MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN LA SEGUNDA CONFERENCIA NACIONAL PARA LA SALUD MENTAL
Saludo cordialmente a todos los participantes en la Segunda Conferencia Nacional de Salud Mental, organizada por el Ministerio de Sanidad italiano. Este evento me brinda la oportunidad de expresar la estima de la Iglesia y mi propia estima personal por los médicos y los trabajadores de la salud que se dedican a este delicado campo. Su compromiso de responder a las condiciones de quienes padecen trastornos mentales y ofrecerles un tratamiento adecuado es un gran bien para las personas y para la sociedad. Por lo tanto, es de suma importancia ser cada vez más conscientes de las exigencias profesionales y humanas necesarias para atender a estos hermanos y hermanas nuestros que, con la sensibilidad que acompaña a su fragilidad, han sentido con una gravedad particular los devastadores efectos psicológicos de la pandemia.
Por lo tanto, es deseable que, por un lado, se refuerce el sistema sanitario de atención a las enfermedades mentales, sosteniendo también a quienes se dedican a la investigación científica de esas patologías, y por otro lado, promoviendo las asociaciones y organizaciones de voluntarios que acompañan a los enfermos y a sus familias. Es muy importante hacer partícipe al contexto vital en el que se encuentra el paciente, para que no le falte el calor y el afecto de una comunidad. El mismo profesionalismo médico se beneficia del cuidado integral de la persona. Cuidar al prójimo, en efecto, no es sólo un trabajo cualificado, sino una misión verdadera y propia que se cumple plenamente cuando el conocimiento científico se encuentra con la plenitud de la humanidad y se traduce en la ternura que sabe acercarse a los demás y preocuparse por ellos.
Espero, por tanto, que el Simposio, al que contribuyen destacados expertos, suscite en las instituciones, en los organismos educativos y en los distintos sectores de la sociedad una sensibilidad renovada hacia quienes sufren problemas de salud mental, con el fin de infundir una mayor confianza en tantos de nuestros hermanos y hermanas marcados por la fragilidad. Se trata también de ayudar a superar plenamente el estigma con el que a menudo se ha marcado a la enfermedad mental y, en general, de hacer prevalecer la cultura de la comunidad sobre la mentalidad del descarte, según la cual se presta mayor atención y cuidado a quienes aportan ventajas productivas a la sociedad, olvidando que los que sufren hacen resplandecer en sus vidas heridas la belleza irreprimible de la dignidad humana.
La pandemia ha enfrentado al personal sanitario a enormes retos, mostrando a todos la necesidad de contar con fórmulas adecuadas de asistencia sanitaria para no dejar a nadie atrás y atender a todos de forma inclusiva y participativa. Vuestra Conferencia Nacional va en esta dirección y, al daros las gracias a vosotros y a todos los que, a distintos niveles, se comprometen a aliviar el dolor de los que sufren, quiero expresaros mi caluroso apoyo para continuar en el camino fecundo de la atención solidaria.
Al formular mis mejores deseos para las jornadas de estudio e intercambio que os esperan, os aseguro mi recuerdo en la oración por los pacientes, sus familias, los voluntarios y todo el personal sanitario, al tiempo que invoco de corazón sobre cada uno la bendición de Dios
Roma, San Juan de Letrán, 14 de junio de 2021.
Francisco.
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