LO PERFECTO DE LO IMPERFECTO
Freddy J. Berrios G.
@Catolicoslinea

¿Por qué el Padre Creador envió
a Su Hijo al mundo bajo naturaleza humana?

Jesús, dentro del plan providencial, nació de la Santísima Virgen
María para ser uno de nosotros, semejante en todo excepto en el pecado.
(Concilio Vaticano II, Gaudium et spes, 22,2)
¿Es importante la encarnación del
Hijo de Dios?
Sí; era necesaria que nuestra tendencia enfermiza a pecar fuera sanada.
Mediante la encarnación del Verbo se restaura la sabiduría en nosotros para que
la Gracia Santificante se manifieste, actúe y produzca cambios favorables como
testimonio de misericordia, en esto conoceremos el amor que Dios nos tiene (cf.
Jn 3:16). Nuestros errores podemos enmendar y aprender de ellos si al final
logramos reconocer que Dios nos hace falta para que perdone nuestros pecados,
desórdenes y fallas; éste es el modelo de Santidad recibido por los creyentes
para evitar ser perfeccionistas, trabajando la virtud de la humildad a través
de la paciencia y el sacrificio. (CIC,
parág. 457-464)
¿Cuál es la diferencia entre la
Encarnación y la Reencarnación?
La Encarnación es imitar a
Cristo en el auténtico amor; nos hace partícipe de la naturaleza divina para
que nuestras almas busquen la perfección del prójimo a través de nuestras
propias imperfecciones y nos salvemos por fe. La Reencarnación es una filosofía
no cristiana de purificar espiritualmente los errores del pecado en diversos
“ciclos biológicos” hasta llegar a ser un ente puro, entendiéndose como un
proceso de regeneración perpetua de la naturaleza (Battistini, Matilde.
Astrología, magia y alquimia. Editorial Electa, 2005)
El nacimiento de Jesucristo, por lo tanto, re-evoluciona al ser humano
que le da esperanza al mundo porque le da valor a nuestra condición y nos
redime de la muerte eterna. El tiempo de adviento es propicio para que
reflexionemos y preparemos el camino a seguir.